Viaje a Myanmar – Verano 2019
Por fin ha llegado el día de viajar a Myanmar, a la tercera va la vencida. En 2003 tenía que haber ido con mi amiga Luisa, pero la agencia lo tuvo que cancelar por problemas en el país y nos lo cambiaron por el viaje a Sri Lanka. En 2018 queríamos hacer el viaje con Rosa, pero cuando se añadió Dolors lo valoramos las tres y nos animamos a viajar para conocer lo mejor de Indochina: Vietnam, Camboya, Laos y Bangkok. Sólo nos faltaba Myanmar para completar la zona. Con Rosa fuimos a la feria de turismo y ante una buena propuesta, nos apuntamos allí mismo para viajar a Myanmar. Era un país que hacía tiempo que quería conocer, me influyó ver un audiovisual de mi amigo Jordi Llorens Estapé, reportero de culturas del mundo. Lo que me motivó más fue el tema del budismo y los paisajes.
Me llevo la maleta llena de vivencias
De Nyaung Shwe

En el Monasterio y Pagoda Shwe Yan Pyay podemos ver unos monjes estudiantes. Durante la mañana los novicios reciben enseñanzas de Buda, y aprenden a leer y escribir. La disciplina es el método para eliminar la ignorancia. El resto del día meditan y limpian, y todos los días salen con su cuenco hacia los pueblos de alrededor a buscar las ofrendas de los fieles, que generalmente consisten en arroz y vegetales.
Del lago Inle
Navegamos en barca por el lago y quedo sorprendida al ver su forma de pescar. Han desarrollado la habilidad de remar con un movimiento circular del pie, al tiempo que manejan las redes de pescar con las manos. Golpean el agua con los remos, e intentan que los peces vayan directos a la red. Los peces se mantienen vivos en unas jaulas que sirven para llevarlos al mercado.

Subimos hasta la colina donde está el monasterio Nunca Thauk Taw Ya, son las once de la mañana, la hora de comer, suena la campana y, de repente, bajan por las escaleras un grupo de monjes, algunos muy jóvenes. Nos dejan entrar al comedor y percibimos el silencio. Es la única comida del día, consiste en un tazón de sopa y arroz.

En el pueblo de Maothauk pasamos por delante de una guardería y las maestras nos invitan a entrar. Nos reciben con amabilidad, cantamos juntos, los niños me siguen y me imitan dando palmas. Hemos pasado un rato agradable.


De Amarapura
Visitamos el Monasterio Mahagandayon donde viven y estudian más de mil monjes. Hay muchos porque la sociedad espera que los hombres vivan en un monasterio dos veces en la vida: no hay tiempo pactado de permanencia, entre los 5 y los 19 años se forman y pueden salir cuando quieran. Una vez ordenados, a los 20 años se pueden quedar para siempre, no es obligatorio. Cada día una familia es responsable de ofrecer alimentos a todos monjes, que salen en procesión para recoger la comida que les ofrecen.

De la isla de Ava
Damos un paseo agradable en un coche de caballos por la isla de Ava, una de las antiguas capitales de Myanmar, ahora es un pequeño pueblo de bellos parajes. Visitamos varios monasterios, como el de Bargayar construido con más de 267 pilares de teca gigantes.

De Mandalay
Uno de los lugares más venerados de la zona es La Pagoda Kuthodaw con sus 729 losas de mármol que corresponden a las páginas del Tripitaka, significa “las tres cestas” o las “tres colecciones” de textos sagrados budistas. De ahí que la han llamado el libro más grande del mundo.


Junto a la carretera encontramos a unas monjas que salen para pedir limosna, pero no pueden recibir comida cocinada. Les ofrecen dinero, arroz y todo tipo de alimentos que ellas puedan cocinar. Los conventos de monjas procuran también un refugio para sobrevivir a las jóvenes sin recursos.
De Monywa
Vamos a visitar la casa del abuelo del guia a su pueblo y nos muestra cómo viven. Nos acogen y nos enseñan la planta baja donde tienen la cocina y el lugar donde comen. Después subimos al piso de arriba donde guardan los cereales para secar.

De Bagan
Uno de los sitios arqueológicos más ricos de Asia, situado en un inmenso valle a las orillas del río Ayeyarwaddy, famoso por su conjunto de Templos y Pagodas que fueron construidos entre los siglos XI y XIII.

La pagoda dorada de Shwezigon es de unos novecientos años de antigüedad y brilla como un faro en medio de la llanura. Está situada en la orilla del río y es uno de los cuatro puntos cardinales de Bagan. Tiene reliquias de Buda y su campana dorada se ve des de una altura de 48 metros.

El templo de Ananda, que significa “muy bonito”, es uno de los más impresionantes. El interior está rodeado de pasillos y acoge cuatro estatuas de budas de pie, cada una de ellas está orientada hacia un punto cardinal. Su aspecto de color dorado podría hacer pensar que son de metal, pero están construidas en madera de teca maciza. Este Templo puede ser considerado como un museo en sí mismo debido a la cantidad de expresiones artísticas que fueron utilizadas durante su construcción y ornamentación.

El Monasterio tradicional Nat Htaung lo encuentro acogedor. Está construido en madera de teca y situado al lado del río, con imágenes de Buda y antiguas escrituras.

De Yangon
Quedo admirada al ver el gran Buda reclinado en la Pagoda Chauki Htet Gyi. Se presenta relajado, totalmente contrario al estilo del Buda muerto donde la cabeza reposa en una almohada. La planta de los pies está grabada con los famosos 108 lakshanas o atributos de Buda que lo diferencian de los hombres.


La pagoda de Shwedagon, es el centro espiritual más importante de país, se cree que hay guardados cabellos de Buda y su construcción, según la leyenda, se remonta a 2500 años. Lo visitamos al atardecer, justo cuando acaba de llover, es bonito ver los reflejos de las luces. A pesar de estar lleno de gente, se respira calma, todo el mundo está en silencio y el ambiente es agradable. Ahora entiendo porque es el símbolo de la fe de su pueblo.
Va ser un viatge meravellós. Molt content de recordar amb les teves pararaules el viatge compartit.
Gràcies Maite! Aquests dies escrivint i endreçant fotos he reviscut els bons moments del viatge.