El motivo que nos llevó a ir a Sudáfrica en verano de 2013 fue practicar inglés; con mi amiga Rosa ya hacía tiempo que estudiábamos esta lengua, veíamos que la manera de aprender era ir a algún lugar donde tuviéramos un entorno que favoreciera que las conversaciones fueran sólo en inglés. El continente africano nos fue atractivo y teníamos interés por conocer el país donde nació Nelson Mandela. Estuvimos un tiempo en la escuela SASE (South African School of English), de Ciudad del Cabo. Después hicimos un safari en el Parque Kruger, y visitamos Pretoria y Johannesburgo siguiendo los pasos de Nelson Mandela.
Me llevo una maleta llena de vivencias del viaje de Sudáfrica
Ciudad del Cabo:
Tengo muy buen recuerdo del trato entrañable y de todo lo que compartí en el piso de estudiantes donde me sentí en familia. La escuela organizaba barbacoas para dar la bienvenida o despedida a los estudiantes, todo ello favorecía que nos conociéramos con alumnos de otros cursos y creaba buen ambiente. Stevin, el director, entraba en las clases y nos motivaba para dialogar sobre la historia, la cultura y las tradiciones de diversas procedencias, creando unas relaciones humanas y culturales especiales entre los estudiantes tanto sudafricanos como de otros países: Angola, Gabón, Congo, Chad y Arabia Saudí. Cuando cierro los ojos me vienen las imágenes de sus caras dibujando una sonrisa, más de uno ha dejado un recuerdo grabado en mi corazón.




Safari en el Parque Kruger:
He disfrutado de la aventura del Safari, y he quedado impresionada al ver los “cinco grandes” animales salvajes más importantes y peligrosos de Àfrica: búfalos, leones, elefantes, rinocerontes y leopardos.

Siguiendo el itinerario de Nelson Mandela:
Estuvimos en los lugares donde vivió Mandela, al que admiro profundamente por su fortaleza y su mensaje de reconciliación. Comenzamos la ruta en la prisión de Robben Island, donde nos impresionaron las condiciones en que vivían los presos y los malos tratos que recibían. Por otro lado, me llegó al fondo la mirada y la actitud de perdón del ex-preso político que nos acompañó durante la visita. También visitamos la catedral anglicana de San George, uno de los pocos lugares de culto donde durante la época del Apartheid acudían personas de todas las razas. Allí encontramos oraciones escritas por gente de todo el mundo y velas dedicadas a Mandela.

La visita a la casa del barrio de Soweto en Johannesburgo me produjo una profunda emoción. También me interesó conocer el Museo del Aparheid y la prisión situada en el “Constitutional Hill”, que estuvo un tiempo escondida bajo la colina.


En Pretoria, tuvimos la oportunidad de leer los escritos de apoyo y admiración que habían enviado personas de diferentes países mientras él estaba ingresado en el Hospital. Una muestra de su papel de referente, y de luchador por la justicia social.


Creí que valía la pena escribir sobre todo lo que había vivido para dar a conocer a mis lectores la importancia del relevante papel de Nelson Mandela y de Desmond Tutú como protagonistas y testimonio del perdón, en la Comisión de la Verdad y Reconciliación para investigar los crímenes del Apartheid.